Ballet

A muchos niños les gusta el ballet, lo cual no es extraño ya que el baile es una respuesta instintiva a la necesidad que tenemos los seres humanos de expresar nuestras emociones a través de los movimientos corporales. Sin embargo, lo que muchos padres no saben es que estimular el interés por la danza desde una edad temprana no solo mejora las habilidades de los niños en este arte sino que también puede aportarles muchos beneficios a su desarrollo físico y psicológico. 

Ventajas del Ballet en niños y niñas

1. Mejora la postura:
La postura en los niños puede moldearse, por lo que cuanto antes se empiece, mejor. Así se pueden prevenir múltiples problemas de la columna vertebral que aparecen como resultado de una mala postura, como es el caso de la cifosis. En este sentido, el ballet puede convertirse en un gran aliado ya que la práctica de algunos de los ejercicios como el plié, el grand plié, el relevé o las cinco posiciones básicas ayudan a trabajar la postura de la espalda, a la vez que corrigen la posición de las piernas y las rodillas.

2. Ejercita la coordinación, el equilibrio y la flexibilidad:
El ballet es un excelente ejercicio para entrenar la coordinación, el equilibrio y la flexibilidad en los niños. A través de ejercicios básicos como el cambré se trabaja la flexibilidad de los brazos y la espalda, así como la coordinación entre los pies y los brazos mientras que otras posiciones como el croisé contribuyen a mejorar el equilibrio y la flexibilidad. También es un entrenamiento ideal para ayudar a los niños a ejercitar los diferentes grupos musculares de una forma divertida y fomentar la expresión corporal desde una edad temprana.

3. Fortalece la autodisciplina:

 

Practicar ballet requiere constancia, compromiso y esfuerzo, y la clave está en la autodisciplina. Los niños se percatan rápidamente de las exigencias que impone la danza y empiezan a ser cada vez más conscientes de la necesidad de entrenar, lo que conlleva a que le dediquen más tiempo al ballet y fortalezcan su fuerza de voluntad. Así lo demostró un estudio realizado por expertos de la Universidad de Florida en el que se encontró que los niños que practican danza tienen más autodisciplina, en comparación con aquellos que no lo hacen.

 

4. Estimula el desarrollo cerebral:
La danza y, en especial el ballet, es un ejercicio excelente para estimular el desarrollo cerebral. Mientras la música estimula los centros de recompensa del cerebro, el baile activa los circuitos sensoriales y motores, como la corteza motora, los ganglios basales y el cerebelo. Asimismo, contribuye a la formación de nuevas conexiones neurales, a la vez que potencia el desarrollo de la memoria a largo plazo, el reconocimiento espacial y las funciones ejecutivas, que no son más que el conjunto de procesos cognitivos que permiten asociar ideas, movimientos y acciones dirigidas al logro de una meta concreta.

5. Potencia las emociones positivas:
Sabías que los niños que van a clase de ballet suelen ser más felices, al exponerlos  a estímulos sonoros, algunos rítmicos y otros completamente arrítmicos,  los niños que bailan al compás de la música muestran  más emociones positivas y se sienten más felices. Entre otros factores esto se debe a que cuando los niños bailan, su cerebro genera endorfinas, un neurotransmisor responsable de la sensación de bienestar, tranquilidad y alegría